Imagen: Agencia de noticias Universidad Nacional 

El espacio público dejó de estructurar la ciudad y el verde urbano. Así lo asegura Luis Aníbal Vélez, profesor de la U.N. Sede Medellín.

El docente, vinculado a la Escuela de Planeación Urbano-Regional de la Facultad de Arquitectura, explicó que anteriormente los espacios públicos eran los grandes estructuradores de las urbes, pero hoy son una sumatoria de polígonos residenciales o industriales, con espacios públicos y verdes que en muchos casos son de carácter residual.

Durante su intervención en el Congreso Internacional Biodiverciudad y Cambio Climático, organizado por el Jardín Botánico de Medellín y apoyado por la Universidad Nacional, el experto señaló que las ciudades se van expandiendo y van dejando grandes lotes vacíos.

Por ejemplo, pese a la aparente carencia de suelo que tiene Medellín, todavía dispone de espacios urbanos que son lotes de engorde o sin construir, que tendrían potencial para generación de nuevos parques. En opinión del investigador, la residualidad de los espacios verdes en la ciudad es considerada una tendencia histórica desde el proceso planificador en la capital de Antioquia, que se sigue manteniendo hasta el momento.

Frente a qué tanto ha evolucionado la ciudad en el tema, el profesor señaló que hay algunos avances en cuanto a mayor reconocimiento de la funcionalidad ambiental que cumplen las zonas verdes y de su importancia como elemento del paisaje urbano en términos de sus funciones sociales y paisajísticas.

“Las normas relacionadas con la cesión de áreas en los proyectos de urbanización y ocupación del suelo han mejorado relativamente en los últimos años, pero seguimos caracterizándonos por una ciudad que no presenta grandes espacios verdes e incluso grandes espacios públicos”, agregó el ingeniero forestal.

Esto se comprueba con el hecho de que Medellín, pese a los esfuerzos, es una ciudad sin parques centrales, pues existen solo dos grandes espacios verdes, que son el Jardín Botánico y los dos cerros principales, zonas con condiciones bastante limitadas para el acceso.

No obstante, pese a sus restricciones, estos tres espacios han ido asumiendo funciones de parques centrales, con los efectos ambientales que esto puede conllevar.

El Parque del Río

Respecto a la construcción del proyecto denominado Parque del Río, que intervendrá una zona céntrica de la ciudad, el docente dijo que respeta el diseño y su concepción, pues le parece que es algo que la ciudad necesita.

Sin embargo, insistió: “La pregunta es si esa era la prioridad para la ciudad en este momento, hablando de parques, o si no podría haber esperado un poco”.

En cuanto a eso, hizo referencia a una idea similar que propuso el maestro Pedro Nel Gómez en los años 40, la cual consistía en un gran parque entre el Cerro Nutibara (donde se encuentra el pueblito paisa) y El Volador (cercano a la U.N.) en términos de grandes jardines de ciudad.

“Es un proyecto muy bonito e interesante, pero que no se constituye en un parque central en el sentido estricto de la palabra. Más bien es un parque lineal que no logra ser un espacio que le permita al ciudadano aislarse de la ciudad como sí lo logra el Parque Simón Bolívar de Bogotá. Sin embargo creo que paisajística y ambientalmente será mejor que lo que hay en torno al río actualmente”, explicó.

Al respecto, el profesor Vélez afirmó que la ciudad necesita espacios más naturalistas y que todavía tiene esas posibilidades en su espacio urbano.

Con el actual contexto, y ahora en el siglo XXI que las ciudades se han expandido y se seguirán expandiendo, resaltó que es muy importante para una sociedad que es cada vez más urbanista, tener un referente con el campo, pues muchos niños son hijos de padres que nacieron en la ciudad.

En su opinión, es muy importante para ellos tener un contacto con la naturaleza, no como un valor ambiental, sino didáctico y educativo que le esté recordando al ciudadano los procesos naturales de los que depende la ciudad.

Fuente: Agencia de noticias Universidad Nacional