A partir de modelos de fractalidad se ofrecen soluciones a problemas como la baja calidad en servicios de distribución eléctrica y de telecomunicación, específicamente en telefonía celular.

La fractalidad es conocida como un modelo matemático que se basa en la repetición de patrones. Una estructura tiene un modelo fractal si se replica el mismo esquema a diferentes escalas en una región particular.

Por consiguiente, el Grupo en Propagación Electromagnética Aplicada (Propela) de la U.N. Sede Manizales ha tomado como ejemplo esas estructuras para realizar trabajos en antenas reconfigurables utilizando dispositivos electrónicos. Igualmente, han adelantado diseños de antenas fractales, sobre todo como trabajo académico de los estudiantes de pregrado en Ingeniería Electrónica.

Entonces la idea es optimizar el diseño de las antenas en dispositivos móviles como una solución alternativa a los continuos problemas en calidad de servicio que presentan las compañías de telefonía celular.

Las dificultades que más se reportan, según comenta un usuario de telefonía celular, se relacionan con error y/o desconexión en la llamada, además del servicio 3g, que no navega en todos los sectores de la ciudad. “Para una persona que debe estar conectada constantemente es un insulto que al final del mes le llegue un mensaje, según el cual por disposición de X o Y regulación tiene derecho a cuatro minutos como contribución a los problemas de conexión telefónica o de internet que presentó”, señala.

“Las antenas reconfigurables se diseñan con base en la frecuencia de operación y su polarización (forma en que se desea que las ondas se propaguen al aire)”, explica Juli César García, coordinador del grupo Propela. Sin embargo, agrega, es necesario un ajuste para que el dispositivo opere a la potencia exigida y se hace mediante líneas de transmisión o filtros, ya que la antena no puede modificarse. “Una antena que pueda auto-ajustarse aumentaría el desempeño del dispositivo”, argumenta el experto.

Aunque un sistema de mejor desempeño se traduciría en comercializar equipos más costosos, el proyecto traería beneficios para los consumidores y los operadores. “En el caso de los consumidores, se mejoraría la cobertura de transmisión, lo que conlleva a un beneficio en la calidad del servicio”, explica el profesor.

A pesar de que el proyecto aún no ha sido adquirido por ninguna empresa en particular, el coordinador del grupo Propela finaliza diciendo que “los operadores deben saber que al implementar nuevos servicios va a ser crítica la instalación de la infraestructura de antenas para garantizar una mejor calidad, por lo cual esta investigación es de gran importancia para las empresas del sector”.

En el contexto internacional, una de las soluciones a estos problemas ha sido la instalación de femtoceldas, que funcionan como un repetidor, es decir, que los teléfonos móviles se conectan a éstas y rebotan la señal. Sin embargo, dependen del operador con el cual se tiene el servicio y de las zonas donde están ubicadas.

Fuente: Agencia de noticias Universidad Nacional