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Palmas del Pacífico colombiano afrontan uso insostenible
26 octubre, 2014

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Un total de 90 posibilidades de uso tienen 52 especies de palmas ubicadas en zonas bajas del Pacífico colombiano, especialmente en el Chocó, equivalentes al 61 % de las que crecen en la región.

 

Su utilización en construcción, fabricación de utensilios y producción de alimentos ha desencadenado un uso insostenible. Un ejemplo de ello es la Oenocarpus bataua, conocida popularmente como “milpesos”, “seje” o “aricaguá”.

 

Las investigadoras Gloria Galeano y Eva Dolores Ledezma, del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, realizaron un trabajo de recopilación de los usos de las palmas de esta región para orientar futuras investigaciones.

 

“Palmas nativas y silvestres son un recurso promisorio importante en el Pacífico, pero si no se preservan, este patrimonio puede desaparecer”, señaló la profesora Galeano.

 

Por ejemplo, la “milpesos” es una especie cuyos frutos se utilizan para elaborar una bebida achocolatada llamada “leche de milpesos” y un aceite cuya composición se compara con la del de oliva.

 

La investigadora asegura que se ha presentado una disminución de este cultivo, sobre todo cerca a las ciudades, puesto que la gente derriba las plantas para cosechar los frutos.

 

Según el portal servindi.org, la tala ilegal de este árbol es un problema tan grave como las malas prácticas de minería, la explotación a escala comercial del mangle, el vertimiento de basuras en ríos y mares y los derrames de petróleo.

 

Este no es solo un problema que concierne al Pacífico, sino también a todos aquellos lugares en los que se encuentra este cultivo. En el libro Cosechar sin destruir, editado por los profesores Gloria Galeano y Rodrigo Bernal, se muestra un estudio demográfico de esta especie en el río Amacayacu (Amazonas), donde esta población no resistiría una cosecha a base de tumbar el 10 % de los adultos por año.

 

“Para contrarrestar esa situación y evitar que se agote el recurso, es importante hacer campañas entre los pobladores para que la cosecha se haga mediante la escalada de las palmas, de tal manera que no se vuelvan a derribar innecesariamente los ejemplares productivos”, afirma la investigadora.

 

Al escalar las palmas, se puede cortar solo el racimo y se cosecharía hasta el 70 % de los frutos, sin perjudicar el crecimiento del resto de la población.

 

Usos de las palmas 

La investigación de las expertas evidenció no solo el número de usos sino también la cantidad de especies que se requieren para tales procesos. Los datos fueron clasificados por categorías.

 

Por ejemplo, para utensilios y herramientas se reportaron casi 25 usos con más de 30 especies; en construcción fueron alrededor de 15 usos para más de 30 especies; y para prácticas culturales se destacan 20 usos y el mismo número de especies.

 

Adicionalmente, se reportaron 26 ejemplares utilizados por sus hojas para hacer los techos de las chozas, siendo las más comunesWelfia regia Manicaria saccifera, también conocida como “cabecinegro”.

 

Fuente: Agencia de noticias Universidad Nacional

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