Aunque entonces no había seres humanos que lo escucharan, el Big Bang sí hizo ruido.

Podemos deducir la magnitud de estas ondas sonoras observando las pequeñísimas variaciones de temperatura en la reliquia de radiación del Big Bang, conocida como «Radiación de fondo de microondas». Su longitud de onda se mide en cientos de miles de años luz, así que las «notas» son, de hecho, demasiado bajas como para ser escuchadas por seres humanos.

Usando estimaciones aproximadas se puede calcular que la intensidad de esas ondas se encontraba entre los 100dB y los 120dB.

Aunque eso las ubica cerca del umbral del dolor del oído humano (similar a colocarse al lado de una motosierra o a unos 100m del motor de un jet), no es, por mucho, el sonido más fuerte que usted puede experimentar.

Se cree que la erupción del volcán Krakatoa produjo ondas sonoras de unos 180dB, mientras que la voz de las ballenas azules alcanza los 188dB.

Fuente: BBC Mundo