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Sequía e inundaciones afectan manglares en La Guajira
27 octubre, 2014

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 Un estudio del Doctorado en Ciencias Agropecuarias de la U.N. Sede Palmira encontró que la alternancia entre sequía e inundaciones, y la ubicación dentro del paisaje, influyen sobre las condiciones del suelo, afectando el desarrollo de los manglares.

 

Más allá de los sistemas de raíces que se observan sobre los bordes de las costas marinas, que en su conjunto se denominan manglares, yace una estructura de vida conformada por peces, aves y moluscos, encargados de mantener el equilibrio natural de las playas, e incluso, de mitigar los efectos de catástrofes naturales como los tsunamis.

 

Según Parques Nacionales Naturales de Colombia, los manglares son la “salacuna” de la naturaleza, pues allí, dos tercios de las especies de peces pasan su infancia o nacen entre la encrucijada de sus raíces, además contribuyen a la producción de la pesca, y ofrecen refugio y alimento a muchas especies.

 

No obstante, estos ecosistemas marino-costeros pueden verse afectados severamente por situaciones denominadas tensiones o factores o situaciones de fuerza de un sistema para movilizar sus recursos y a gastar más energía para mantener su homeóstasis (propiedad de los organismos vivos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable).

 

Por ello, el estudio de estas condiciones ambientales es de gran importancia para la identificación de factores de riesgo, como la falta de nutrientes, que pueden afectar  su funcionamiento ecológico.

 

La investigación desarrollada por Martha Ligia Castellanos centró su atención en la llanura aluvial del manglar en el delta del río Ranchería en La Guajira.

 

En el proyecto se utilizó un diseño de muestreo de suelos estratificado, considerando factores espaciales categorizados como subpaisajes (dique, napa de desborde y basín), canales fluviátiles, distancia perpendicular orilla del cauce y profundidad de muestreo.

 

En cada lugar de estudio, los investigadores también contaron y midieron los árboles de mangle presentes, y seleccionaron un árbol por especie para realizar un muestreo foliar, el cual fue estratificado.

 

“Se realizó diagnóstico foliar, se estimaron los balances de nutrientes con base en los parámetros estructurales como variables respuesta. A los resultados obtenidos se les aplicó pruebas para determinar el estado de las condiciones del suelo como pruebas de normalidad, igualdad de varianza, entre otros”, dice la investigadora.

 

Condiciones ambientales 

Los resultados permitieron concluir que la concepción de paisaje que  comprende la relación entre suelo-mangle y que los sub-paisajes identificados en el delta, dique, napa de desborde y basín (lugares estudiados), contribuyen a que algunas propiedades de los suelos se comporten como tensores.

 

“La alternancia entre sequía e inundación corresponde a tensores que desvían porciones de energía antes de ser incorporadas al sistema de manglares y reducen la capacidad de mantenimiento y recuperación del mismo”, asegura la experta.

 

En el proyecto se identificaron también como tensores el pH afectado por los hidroperiodos estacionales (lluvia versus sequía), la fluctuación del nivel freático (nivel superior de una capa de un acuífero), la calidad de las aguas intersticiales (líquido que llena los espacios libres entre las partículas de los sedimentos) y la composición mineralógica de las arcillas.

 

“Asimismo, se identificaron como tensores de los manglares la salinidad del suelo influenciada por los hidroperiodos estacionales, conjugados con las altas temperaturas; y la textura del suelo porque determinan la porosidad, dinámica del movimiento del agua y los solutos disueltos en ella”, sostiene la investigadora.

 

En el estudio además llamó la atención que los contenidos foliares de fósforo y nitrógeno no se consideraron bajos, a pesar de los resultados en suelos, por lo cual, dice la docente, “hace presumir un papel interesante de microorganismos para aportar nutrientes al sistema, por lo cual se recomienda profundizar sobre el rol de estos habitantes del suelo en esta función”.

 

De esta manera el estudio concluyó que los mangles son especies que han dado indicios de una gran adaptación a condiciones ambientales adversas para la mayoría de las especies vegetales, característica que debe ser considerada en los programas de mejoramiento vegetal.

 

“Uno de los aspectos que merece ser investigado en profundidad es la dinámica del nitrógeno, pues se observó que las plantas lo absorben en todos los periodos, antes y después de inundación. Esta característica cobra mayor importancia en las discusiones sobre cambio climático global”, concluye Castellanos.

 

Fuente: Agencia de Noticias Universidad Nacional

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