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Tras la peor sequía en décadas, Camboya teme las inundaciones de La Niña
31 mayo, 2016

Miles de camboyanos observaron este mes como el búfalo real pronosticaba un buen año para los cultivos durante la Ceremonia de la Cosecha, pero la superstición se aleja de la opinión de expertos que alertan del peligro que el efecto de La Niña podría tener tras una devastadora sequía.

 

Dos millones y medio de personas afectadas en todo el país, dos mil quinientas escuelas con falta de agua y perdidas cuantiosas de ganado y cultivos para la mayoría de población rural es el resultado de la peor sequía en Camboya desde 1979, según datos oficiales.
A pesar del alivio de las primeras lluvias en mayo, la escasez de agua continúa y la tierra y cultivos desprovistos de nutrientes son más vulnerables a la erosión y a las lluvias erráticas, que podrían ocurrir durante los seis meses que dura el monzón.
“La Niña”, un fenómeno climatológico de efectos opuestos al “El Niño” que causa una bajada de las temperaturas en el océano pacífico ecuatorial, podría ocurrir en el tercer cuatrimestre del año y resultar en inundaciones, según indicó la Organización Mundial de la Meteorología en mayo.
“Las trombas de agua pueden llevárselo todo, la tierra de cultivo, que tiene los nutrientes; y las inundaciones masivas pueden provocar que la gente sea desplazada, como en 2011”, indica a Efe la asesora técnica jefe de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO), Stacy Crevello.

 

 

La región, sensible al impacto del clima

 

En 2011, año en el que el sudeste asiático sufrió una fuerte sequía, cerca de 250 personas murieron y unas cincuenta mil fueron desplazadas de sus hogares a causa de las inundaciones en Camboya, que afectaron también con dureza a otros países de la región.
El impacto del clima es especialmente visible en el reino, donde la agricultura supone un tercio del producto interior bruto y cerca del ochenta por ciento de la población vive en zonas rurales.
En el pueblo Kouk Kandal, en la norteña provincia de Siem Reap, muchos pozos todavía están secos o bajo mínimos y las familias han visto su economía y salud afectadas por la sequía.
“Hace calor, muchísimo calor. Este año fue mucho más cálido que los años anteriores, tanto que la piel casi quema”, se lamenta Yay Nin, de 57 años, haciendo referencia a las temperaturas que alcanzaron los 42 grados en abril.
“Tuve que vender los pollos para comprar agua y poder cocinar”, añade la campesina, que tiene un pozo seco en su parcela y carece de dinero para hacerlo más profundo.

 

 

FAO: detener la deforestación

 

La FAO, que gestiona un proyecto contra el cambio climático en la zona, advierte que además de la gestión del agua es importante detener la deforestación.
“Se puede mejorar la salud del ecosistema a nivel local, asegurarse que tiene bosques, que hay zona de repoblación donde al menos hay vegetación en los márgenes y donde se intente reducir el impacto del cambio climático”, añade Stacy Crevello.
Camboya fue el país del mundo con el ritmo de deforestación más acelerado entre 2000 y 2014, según un estudio publicado en septiembre por la ONG “World Resource Institute“.
El Comité Nacional para la Gestión de Desastres (NCDM, en inglés) emprendió acciones para mitigar la sequía en marzo, que se intensificaron a finales de abril con una campaña de emergencia distribución de agua a petición del primer ministro, Hun Sen.

 

Experiencia en inundaciones

 

En cuanto a las inundaciones, el portavoz del NCDM, Keo Vy, asegura no estar preocupados ya que “tenemos experiencia con episodios anteriores” y “suficientes recursos y lugares para acoger a los evacuados”.
Aún así en el pueblo de Kouk Kandal, el jefe adjunto del Comité a nivel comunal, Yorng Los, cuenta que este año sus superiores no han actuado tras sus informes sobre la sequía en su zona.
“Otros años había alguna respuesta pero no mucha, en este pueblo hay doscientas familias y solo diez se beneficiaron con 20 kilos de arroz cada una y filtros, pero este año todavía no he visto nada”, admite Yorng junto a una casa tradicional que se eleva sobre postes de madera para escapar de las inundaciones.
El 25 de mayo, Hun Sen dio por terminada la campaña de emergencia de distribución de agua, “excepto en las zonas más vulnerables”, dejando al país a la espera de que el búfalo real acierte con su predicción y sea un buen año.

 

 

Fuente: Agencia EFE

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