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Calentamiento diurno y humedad favorecen la presencia de granizadas
25 marzo, 2015

 

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Según el seguimiento que se ha hecho desde la U.N., la granizada del fin de semana en Bogotá se presentó en la época de mayor frecuencia de este fenómeno en la capital, el cual tiene dos picos, uno entre febrero y marzo, y otro entre octubre y noviembre.

 

Así lo afirma Gerardo de Jesús Montoya, profesor de la U.N., quien dirigió por 16 años el posgrado de Meteorología en la Sede Bogotá. El experto agrega que con la tendencia al calentamiento global, las tormentas extremas que formaron dicha granizada van a ser más frecuentes.

 

“Los días con granizada son pocos en el año, alrededor de una decena, mientras que días con lluvia pueden ser 150, anualmente”, explica el profesor.

 

Sin embargo, recuerda que en este año ya se han presentado varias granizadas, una de ellas en enero, que tuvo un área de mayor influencia, pues llegó hasta el norte de Bogotá; diferente a la que se presentó el pasado domingo, que solo alcanzó una pequeña área del sur de la ciudad.

 

El experto explica que las fuertes lluvias se forman durante estos meses debido al mayor calentamiento en la sabana de Bogotá y al preludio de la primera temporada seca, por lo cual está entrando mucha humedad en la atmósfera. Esos dos factores: humedad y calentamiento favorecen el desarrollo de la nubes y el granizo.

 

La conjunción entre el fuerte calentamiento y el ingreso de humedad (proveniente de la Amazonia) conlleva a la gran inestabilidad atmosférica y a la formación de tormentas y granizadas.

 

A pesar de esto, los estudios realizados en la U.N. demuestran que durante octubre y noviembre se presenta la temporada más fuerte del invierno en la región.

 

Inicialmente, las nubes se crean por condensación, pero el proceso que forma las gotas de lluvia y el granizo es la coalescencia, es decir, gotas que por tener más velocidad que otras chocan contra las pequeñas y se adhieren a ellas.

 

A esto se suma la inestabilidad de la atmósfera, pues cuando el aire se calienta, se pone menos denso y comienza a ascender. “Si ese aire trae mucha humedad, como se presentó el domingo, entonces, a medida que asciende, a unos dos kilómetros de la superficie, se condensa y forma la nube”.

 

Por eso concluye que entre mayor sea el calentamiento, mayor va a ser la inestabilidad atmosférica, que lleva a que la nube sea más intensa, las gotas puedan crecer más y formen el granizo.

 

Finalmente, hay que tener en cuenta que para que se den estos fenómenos tienen que coincidir ambos factores (humedad y calentamiento) porque cuando llueve muy fuerte el cielo está cubierto y la temperatura no alcanza a subir lo suficiente durante el día.

 

Fuente: Agencia de Noticias Universidad Nacional

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