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“Durmiendo con lobos”: la emoción del aullido nocturno
18 abril, 2014

 

LOBOS

“Es difícil creer que alguien no se emocione al oír el aullido de los lobos a medianoche en la montaña” asegura el fotógrafo y periodista medioambiental Andoni Canela, que acaba de presentar “Durmiendo con lobos”, exhaustivo repaso a uno de los animales fetiche de Europa.

“Es la llamada del pasado, algo de una intensidad total” ha relatado a Efeverde el autor de este volumen de 180 páginas que incluye 150 fotografías, el primer libro nacido del proyecto ”Looking for the Wild”, una travesía de 15 meses por todos los continentes.

Además de este tiempo de viaje acompañado por su familia, Canela suma más de veinte años luchando por la memoria del lobo, por lo que entiende este último volumen como “el colofón natural a todo el trabajo y la mejor manera de profundizar en el tema”.

Sus imágenes recogen paisajes de Riaño, los Picos de Europa, La Culebra y los montes gallegos, en defensa  del ecosistema ibérico, ya que “el lobo recobra ahora más fuerza que nunca; su expansión natural y la persecución por parte del hombre ha llegado a un momento de choque en que es necesario ofrecer información veraz” ha valorado el autor.

Las fotos están  acompañadas por textos del biólogo Juan Carlos Blanco, miembro del grupo de especialistas sobre el lobo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), e impresas con papel respetuoso con los bosques de acuerdo a la normativa del Consejo de Administración Forestal, aunque también puede encontrarse en formato electrónico.

Los lectores podrán participar en la financiación mediante aportaciones por “crowfunding”  y obtener según la cantidad aportada el reconocimiento en las páginas de “Durmiendo con Lobos”, pósters, postales o talleres.

Tal como Canela se considera a sí mismo implicado en lo que ve y no un mero espectador externo, pretende implicar a los lectores ya que “en el primer mundo la estrecha relación entre hombre y naturaleza se ha perdido y, quizás conocer al lobo sea la mejor forma de hacer las paces con él” ha aventurado.

El lobo se considera especie apta para la caza, por lo que un aprovechamiento regulado es legal, ha admitido “pero no tiene sentido que sin censo ni datos bien contrastados se permita matar en época de cría y que la caza furtiva se practique sin ser perseguida” ha denunciado.

Canela es un apasionado del espíritu primigenio que encarna este animal, y confiesa que los momentos especiales como el aullido nocturno de una manada son “los que dan sentido al viaje y a la vida” .

Para el fotógrafo, este animal “fuerte, inteligente y adaptable” tiene grabado en su historia el gen de la supervivencia y es esta parte indómita “la verdadera razón por la que todavía le temen y desean que desaparezca, más allá de las ovejas o potros que puede matar”.

Ha reconocido también la exigencia del trabajo de campo, entre dos y tres meses por continente, y la falta de tiempo libre, atenuada por la compañía de varios colaboradores, amigos y rastreadores, y su familia: “Siempre nos hemos planteado la vida al aire libre y en plena naturaleza como parte de nuestra cotidianidad” ha explicado sobre su compañera Meritxell, también periodista y escritora y sus hijos Unai y Amaia.

“Ella solo tiene tres años y ya ha tenido las primeras observaciones ‘a su medida’ y el mayor me ha acompañado muchas veces a fotografiar animales salvajes” ha relatado el fotógrafo, aunque entiende que, en el ámbito de la educación, el acercamiento al medio ambiente se realiza desde un punto de vista demasiado teórico, “lo que hace falta es vivir y sentir la naturaleza” ha resumido.

Esa es la filosofía del proyecto educativo “Espíritu Salvaje” que nace paralelo a “Looking in the Wild”, la idea, también conocida como “Learning in the Wild” que pretende inspirar y animar a otras personas a compartir sus propios proyectos, “experiencias personales como las de Amaia y Unai, que ya tiene su propio blog”.

Aunque el lobo ha sido el primero en ver reflejada  en papel su historia de supervivencia no es el único animal que Canela ha perseguido fotográficamente, ya que se ha encontrado “rodeado de bisontes y fumarolas volcánicas” o “viendo aparecer una ballena jorobada entre los icebergs”.

Así pretende proteger a través de su difusión literaria seis fieras más en peligro de extinción, las más representativa de cada continente.

Tras haber visitado al bisonte de las montañas Rocosas, al puma de los Andes y al pingüino papúa de la Antártida, Canela se encuentra actualmente en Australia.

Hasta ahora se ha enfrentado a condiciones extremas, “hasta 34 grados bajo cero, nevadas y algún puma demasiado cerca, pero sin situación de riesgo” sin embargo considera esta investigación en las antípodas “de prudencia extrema, ya que el cocodrilo marino es probablemente la especie terrestre que mata más personas”.

A partir de mayo Canela planea viajar al sureste asiático para retratar al cálao bicorne, un ave tropical y más tarde a las sabanas de Namibia y el delta de Okavango en busca del elefante africano.

Fuente: Agencia EFE

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