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Ecosistemas secos del Tayrona, los mejor conservados del país
20 enero, 2014

 

ecosistema

 

 Aunque las quebradas y arroyos del Parque Nacional Natural Tayrona afrontan situaciones extremas de sequía durante gran parte del año, los ecosistemas que habitan en estos se encuentran perfectamente adaptados.

Este es uno de los principales hallazgos realizados por los 17 estudiantes de Biología de la Universidad Nacional de Colombia que desarrollaron en el año 2012 el trabajo académico y de investigación “Estudio Regional Continental del PNN Tayrona y Zonas Aledañas (Rodadero)”, como parte de la asignatura Ecología Regional Continental.

Teniendo en cuenta los componentes de limnología, vegetación y artropofauna, y bajo la dirección de docentes especializados en cada área, los futuros biólogos de la U.N. estuvieron realizando análisis de los procesos ecológicos de la zona, una aproximación que durante años anteriores se había llevado a cabo en la Cueva de los Guácharos, El Cocuy y El Tuparro.

“Se trata de estudios relativamente detallados de esos ecosistemas realizados en corto tiempo, pero con la mayor rigurosidad posible”, afirma Gabriel Pinilla, docente de la Institución y experto en ecosistemas acuáticos.

Una de las razones por las que se escogió este lugar es que los diferentes ecosistemas propios de la costa Caribe colombiana, concretamente el conocido como Bosque Seco Tropical, se encuentra mejor representado y conservado en el Parque Tayrona, mientras que en el resto de la región y en el país están al borde la extinción.

“Este bosque es uno de los ecosistemas más amenazados en el Neotrópico debido a que sus suelos son apetecidos por su alta fertilidad. Esto lo sitúa como un posible punto de desarrollo de poblaciones humanas y lo hace objeto de una intensa transformación, hacia una vocación agrícola y ganadera principalmente. En Colombia, este cambio en el uso del suelo del Bosque Seco Tropical hace que este ecosistema sea uno de los más degradados, fragmentados y menos conocidos”, explica Silvio Zuluaga, experto en ecosistemas terrestres de la Universidad.

Se estima que en Colombia existe apenas un 1,5% de su cobertura original. Aunque en la llanura Caribe es la región con mayor cobertura en la actualidad, es en el Parque donde presenta mejores condiciones de conservación y en donde las características estructurales de la vegetación muestran menor intervención humana, debido en gran parte a la declaratoria como área ambiental protegida en el año de 1969.

Ecosistemas acuáticos únicos

La caracterización de algunos de los ecosistemas acuáticos del Parque se llevó a cabo en dos ecosistemas representativos del mismo: Bosque Seco y Bosque Subxerofítico Caducifolio, este último –según Zuluaga– único en el país y, sin embargo, uno de los más desconocidos y prácticamente extinto.
En el caso del Bosque Seco se caracterizaron cinco quebradas: Cinto, Neguanje, Canal Gaira y Gaira Vereda El Mosquito, mientras que para el ecosistema Bosque Subxerofítico Caducifolio se estudiaron la Cuenca Baja de la Quebrada Gaira y Quebrada Bahía Concha.

De igual manera, se caracterizaron tres puntos del cauce del río Piedras, el cual atraviesa gran parte de la región del parque. En cada punto se tomó la temperatura ambiental, las coordenadas, la inclinación y la altitud.

Dentro de las comunidades de artrópodos más frecuentes en estos lugares estuvieron Hymenoptera (43,97%), Coleoptera (21,12%), Diptera (9,41%) y Acari (7,7%). Uno de los aspectos destacados por estudiantes y docentes es que la aparición de estos grupos coincide con el inicio de las lluvias y el consecuente aumento en la disponibilidad de vegetación y, por ende, de alimento.

Lo mismo ocurre con el orden Lepidoptera, cuyas larvas son importantes defoliadoras de la vegetación y que como adultos cumplen una importante función polinizadora.

Asimismo, en el Bosque Seco la alta presencia de detritívoros como Scarabaeidae, en comparación con lo hallado en los otros ecosistemas, evidencian la importante función que estos animales cumplen en el ciclado de nutrientes y en la transformación del suelo y de la hojarasca, ya que se convierte en el mecanismo de recuperación de biomasa cuando el bosque pierde su follaje durante la estación de sequía.

En el Bosque Subxerofítico, por su parte, los órdenes más frecuentes son Collembola (23,5%), Hymenoptera (21,7%), Isoptera (10,6%) y Coleoptera (8,2%). Debido a la cercanía de este ecosistema con el manglar, las especies cuyos ciclos de vida transcurren en el suelo deben estar adaptadas a altas salinidades.
Además, “las características fisiológicas, ecológicas y comportamentales de ciertas familias les permiten vivir en condiciones de alta temperatura, alta salinidad y baja humedad, como las que se presentan en el Bosque Subxerofítico; dichas especializaciones probablemente también fortalezcan los endemismos, amplía Pinilla.

Para los investigadores Zuluaga y Silva, aproximaciones como la realizada en el marco de esta asignatura resultan importantes porque muchos estudios sobre conservación de este tipo de ecosistemas áridos se refieren a ellos como “Bosque Seco Tropical”, e incluyen a los tres ecosistemas estudiados en el PNN Tayrona, sin hacer distinciones entre ellos.

“Esto se debe a que el concepto de Bosque Seco propuesto por Holdridge en 1947, presenta un amplio rango de precipitaciones y humedad relativa y cubre toda la región biogeográfica del cinturón árido pericaribeño”, explican.

Esta falta de distinción entre los tres ecosistemas hace que se reconozcan ante los entes gubernamentales como una sola unidad, y aunque las políticas públicas ambientales los abarcan en conjunto, su aplicación no incide sobre las problemáticas particulares de cada uno.

“Esto genera un continuo vacío de información con respecto a las problemáticas ambientales y, en consecuencia, no hay acciones ni políticas claras y efectivas dirigidas a proteger y conservar cada uno de estos tipos de ambientes áridos”, concluyen los investigadores.

 

Fuente: El Espectador

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