El 40 % de las áreas de las cuencas hidrográficas del mundo muestran algún tipo de degradación, poniendo así en peligro la calidad y la seguridad del agua del planeta, según un estudio publicado este viernes en EE.UU. por The Nature Conservancy (TNC).
El estudio, titulado «Más allá de la fuente: los beneficios ambientales, económicos y sociales de la protección de las fuentes de agua», analizó las fuentes de agua de más de 4.000 ciudades del mundo.
«Proteger las tierras aledañas a las fuentes de agua es esencial para asegurar nuestro suministro del recurso en el futuro (…). Las repercusiones de estos cambios en la seguridad hídrica pueden ser graves», afirmó el director general del programa de agua de la citada organización no gubernamental (ONG), Giulio Boccaletti.
La pérdida de vegetación natural y la degradación de la Tierra, que conlleva el mal estado de los cuencas hidrográficas, pueden cambiar los patrones del flujo del agua a través del paisaje y conducir a fuentes de agua «poco fiables», afectando a todos los usuarios, señala el informe.
Las pérdidas relacionadas con el agua en la agricultura, en la salud y en la propiedad, por culpa de un crecimiento negativo sostenido, podrían disminuir la tasa de crecimiento en un 6 % en 2050 en las distintas regiones del mundo, según el Banco Mundial (BM).
El estudio muestra que la protección y restauración de la infraestructura natural de las cuencas está directamente relacionada con la mejora de la calidad del agua y de su cantidad, mediante la protección forestal, la reforestación y los cultivos de cobertura como avances en la gestión agrícola.
Por ejemplo, cuatro de cada cinco ciudades podrían reducir la contaminación de los sedimentos y los nutrientes en al menos un 10 % a través de la protección de los bosques.
Esto beneficiaría a unos 1.700 millones de habitantes urbanos, que podrían tener acceso a agua limpia, y más de 5.000 especies regionales podrían salvarse de la extinción.
Además, el informe estima que, con un incremento de entre 42.000 y 48.000 millones de dólares por año, adicionales a lo que ya se invierte en programas ambientales, los sedimentos se reducirían un 10 % adicional y los nutrientes contaminantes 90 % en las cuencas.
Este nivel de financiación representaría aproximadamente entre el 7 % y el 8 % del gasto mundial en agua, que es lo equivalente a lo que destinan ciudades como Nueva York para proteger sus cuencas.
En este supuesto que defiende el estudio, al menos 1.400 millones de personas podrían ver mejorada su seguridad hídrica, y en la mitad de las ciudades analizadas el coste aproximado sería de 2 dólares o menos al año por persona.
En la investigación, también colaboraron Natural Capital Project, Forest Trends, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua.
Fuente: Agencia EFE