Las alteraciones medioambientales debidas a la contaminación tanto del aire como del agua que bebemos, la forma de vida y los hábitos alimenticios repercuten sobre la salud humana y, especialmente, en el aumento constatado de ciertos tipos de cáncer.
El medio ambiente, es decir, el agua que bebemos, el aire que respiramos, los alimentos que tomamos, el terreno que pisamos y el ambiente en el que trabajamos, contribuye a que, cada veinte años, la esperanza de vida aumente cinco. Pero si la esperanza de vida crece, la esperanza de vida en buena estado de salud se estanca. Este estancamiento se debe, en parte, a un aumento de casos de cáncer entre la población europea. La mitad de estos casos de cáncer se explica por el aumento de la población y por el envejecimiento de la misma. La otra mitad, fundamentalmente los casos de cáncer de próstata en hombres y de mama en mujeres, se explica por la mejora de las técnicas de diagnóstico y por la exposición a perturbadores endocrinos, sustancias contenidas en muchos productos comercializados que alteran el sistema hormonal.
Fuente: www.ladyverd.es
