La lava del volcán Kilauea, en Hawái, amenaza con llegar a comunidades de la Isla Grande y las autoridades declararon el estado de emergencia. ¿Pero existe una forma eficaz de detener la lava y salvar a las casas que están en su camino?
Los sicilianos siempre han estado amenazados por el Monte Etna, el volcán ubicado en el noreste de la isla italiana.
En 1669, los residentes de la localidad de Catania hicieron frente al avance destructivo de la lava «armados con picos y palas y protegiéndose del calor con pieles de oveja mojadas», según el relato histórico, y abrieron una brecha para cortarle el camino.
Pero a los habitantes del vecino pueblo de Paterno no les gustó la idea, porque creían que el desvío de la lava ardiente apuntaba directamente a su propia comunidad.
Así que decidieron sellar la zanja y el fluido volcánico siguió su curso hacia Catania y destruyó gran parte del pueblo.
Aquel fue el inicio moderno de lo que Shannon Nawotniak, geóloga de la Universidad Estatal de Idaho, EE.UU., llama un «índice de éxito espectacularmente pobre» para frenar la impetuosidad volcánica.
A temperaturas de alrededor 1.000ºC, el material volcánico fundido destruye todo lo que toca y su recorrido es difícil de predecir.
La capacidad para impedir o redirigir el curso de la lava depende de la ubicación, los recursos y la suerte.
Fuente: BBC Mundo