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Expertos urgen a los californianos a asumir la dura realidad de la sequía
10 abril, 2015
Imagen: Archivo El Espectador

Imagen: Archivo El Espectador

 

Expertos en gestión de agua y emergencias en California (EEUU) apremiaron hoy a los ciudadanos, en especial a los residentes de ricos núcleos urbanos, a tomar conciencia de la realidad de una sequía que no tiene visos de acabar y en algunos partes ha obligado a adoptar las duchas comunitarias.

 

La gravedad de la situación quedó patente en el simposio «2015 Drought» celebrado hoy en Sacramento y organizado por la Asociación de Agencias del Agua de California (ACWA), responsable de la gestión pública de este recurso básico cuya escasez ha llevado al gobernador del estado, Jerry Brown, a imponer restricciones sin precedentes.

 

«La zona cero de lo que está pasando es East Porterville, una pequeña comunidad de campesinos, muchos de ellos inmigrantes indocumentados que viven en unas condiciones que son complicadas», aseguró Eric Lamoureux, jefe de la Oficina de Servicios de Emergencia del gobernador en la región de Inland.

 

Lamoreux calificó de «tremendas» las necesidades de sus habitantes, «muchos reciben agua embotellada y se bañan en duchas comunitarias» debido a que los pozos de los que obtienen el agua corriente están secos.

 

Un problema que hizo extensible a todo el condado de Tulare y a gran parte del Valle Central, el corazón agrícola de California.

 

El panorama descrito por Lamoreux contrasta con la imagen de las ciudades más ricas del estado, donde muchos vecinos gastan agua en abundancia para mantener verdes y floridos sus amplios jardines.

 

«Hay gente que no se da cuenta de dónde viene el agua y está muy lejos de dónde se sufre la sequía», comentó Felicia Marcus, presidenta de la Junta de Control de Recursos de Agua del Estado, entidad a la que Brown encargó el pasado 1 de abril que diseñe un plan para lograr que California consuma un 25 % menos de agua.

 

Marcus hizo hincapié en la desigualdad en el gasto del líquido elemento en el territorio y la necesidad de imponer recortes proporcionales.

 

«Que te corten el agua (en casa) es una incomodidad, que corten la que sale por los aspersores de riego no», añadió en respuesta a quienes se quejan ante la posibilidad de ver sufrir su jardín.

 

Según datos estatales, la media de gasto de agua al día por cabeza en Beverly Hills en septiembre de 2014 era de 216 galones (817 litros), y 206 (779) en el caso de Newport Beach, mientras que en zonas menos favorecidas, como el este de Los Ángeles, cae a 48 galones (181 litros).

 

El equipo de Marcus tiene previsto publicar el 17 de abril un borrador del nuevo marco regulador para ejecutar las restricciones y para ello baraja que lugares como Beverly Hills reduzcan el consumo de agua en un 35 %, mientras que el este de Los Ángeles lo haga en un 10 %.

 

El presidente de la federación agrícola del estado (California Farm Bureau Federation), Paul Wenger, aclaró que un 50 % del agua en California se pierde en el mar o tiene un papel medioambiental (mantenimiento del ecosistema) y solo un 10 % se destina al uso urbano o comercial.

 

El resto, un 40 %, se dedica a la agricultura, el sector más acusado de malgastar agua.

 

Wenger se quejó de esa opinión que se ha generalizado sobre la industria del campo, que ya lleva padeciendo los efectos de la sequía desde 2012 y haciendo ajustes para salir adelante.

 

«No deberíamos señalar a nadie (buscando culpables)», dijo al tiempo que pidió a las autoridades «una mejor gestión de las reservas de agua», porque se ha «hecho un mal trabajo» hasta ahora.

 

Wagner, que se mostró abierto a discutir sobre el tipo de cultivos apropiados para California, dijo que con las limitaciones al riego agrícola actuales hay empresarios que están hipotecándose para poder comprar agua y mantener su explotación.

 

Si la sequía continúa en 2016, advirtió, «se tendrán que declarar en bancarrota».

 

California es una de las principales economías agrícolas del mundo y emplea a más 418.000 personas (datos de febrero del Gobierno estatal), muchas de las cuales son hispanas y se exponen a perder el trabajo por la sequía.

 

«No es una tormenta lo que te va a sacar de esto, es todo un año de precipitaciones muy por encima de la media», alertó el climatólogo Michael Anderson, que se mostró pesimista respecto a superar la sequía en 2015, pues los meses más húmedos (diciembre, enero y febrero) ya han pasado sin dejar suficientes lluvias.

 

Desde el Departamento de Bomberos de California (CalFire), su portavoz Daniel Berlant, indicó que en el primer trimestre del año se habían declarado 200 incendios forestales más de lo normal, y alertó que los incendios grandes y destructivos han dejado de ser la excepción para ser la norma.

 

Fuente: Agencia EFE

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