Se llama Ooho y es un invento tan insólito como su nombre. Se trata de una membrana gelatinosa que permite almacenar líquido, revelándose como una innovadora botella de agua que se puede comer o desechar de forma segura.
Esta curiosa botella ha ganado el prestigioso Premio de diseño de Lexus, si bien su principal objetivo, su auténtico triunfo sería desbancar a las tradicionales botellas de plástico. ¿Lo conseguirá? Los estudiantes de diseño que la han inventado (Rodrigo García González, Pierre Paslier y Guillaume Couche) están convencidos de ello por sus ventajas comparativas.
El punto fuerte de esta membrana hecha con algas comestibles es ser comestible (no tóxica) y biodegradable, además de ser una forma sencilla y barata de fabricar envases.
Es fácil imaginar la posibilidad de, quizás en el futuro, añadir propiedades a esa membrana para hacerla nutritiva o darle sabores. Jugando con la asociación de ideas, incluso una fuente de vitaminas, de minerales, proteinas, compuestos naturales o incluso medicinales.
Fuente: www.ecologiaverde.com