La capital de Córdoba y Medellín fueron elegidas en el concurso mundial que organiza la WWF como dos de las 32 ciudades que más trabajan por el desarrollo urbano sostenible.

La capital del departamento de Córdoba, asentada en las márgenes del río Sinú y que por años fue centro de operaciones de grupos paramilitares y epicentro de la violencia en Colombia, quiere dejar atrás ese pasado convulsionado y presentarse ante el mundo como una de las ciudades más sostenibles.

Junto a Medellín, Montería acaba de ser seleccionada como una de 32 ciudades finalistas del concurso mundial que promueve la organización ambiental WWF, bautizado Desafío de Ciudades de la Hora del Planeta.

Se trata, como lo explican sus promotores, “de una iniciativa que da la oportunidad a las ciudades del mundo de obtener reconocimiento internacional por sus esfuerzos en el desarrollo urbano sostenible”.

Al concurso se postularon 163 ciudades. El pasado 21 de enero se conocieron las 32 finalistas. En esta segunda etapa, que se extiende hasta el 6 de marzo, cualquier persona puede votar cada día por su favorita. Ciudades ya ampliamente reconocidas por su transformación urbana, como Copenhague (Dinamarca) o Vancouver (Canadá), figuran en el grupo.

La aparición de Montería entre las finalistas puede ser una sorpresa, pero para quienes han seguido la transformación de la ciudad en los últimos años no lo es tanto. Jessica Jacob Dávila, directora de responsabilidad social y ambiental de Findeter, destaca dos grandes áreas de trabajo que le están dando otra cara a la ciudad.

“La principal es la apuesta por las bicicletas como medio de transporte diario”, dice. Montería ha logrado que el 12% de la población se movilice todos los días en bicicleta y por eso comenzó a construirse una red de ciclovías que conecta a toda la ciudad.

“El otro aspecto importante es la estrategia de adaptación al cambio climático”, resaltó Jacob. Con un Plan Maestro de Cambio Climático, la administración local busca para el año 2019 una reducción del 20% en las emisiones de gases de efecto invernadero en relación a las emisiones del año 2009.

A través de este plan se promueven la eficiencia energética y el uso de energías renovables y se está fortaleciendo la gestión integral de residuos, así como el saneamiento básico y la construcción sostenible. Las poblaciones asentadas en zonas vulnerables, como las márgenes del río, poco a poco están siendo reubicadas.

Fuente: El Espectador